Jueves 9 de mayo de 2024.- Un nutrido programa de mediación educativa y experiencias artísticas es lo que considerará “Yockuntur”, proyecto de la Corporación Cultural La Huella Teatro, presentado por Escondida | BHP que se desarrollará entre los meses de mayo y julio en establecimientos educacionales de: Ayllu de Solor, Camar, Peine, Rio Grande, Socaire, Talabre, Toconao y San Pedro de Atacama, con el objetivo de contribuir en la valoración de la Lengua Ckunsa.
La iniciativa se enmarca en el trabajo que la Corporación Cultural La Huella Teatro viene realizando desde 2022, luego de unirse al llamado de UNESCO para desarrollar acciones que favorezcan a preservar, visibilizar y revitalizar las Lenguas Indígenas del mundo, convirtiéndose de este modo en la línea curatorial permanente de Identidades Festival y su espacio “Decenio Lenguas Indígenas”.
Alejandra Rojas Pinto, Directora de La Huella Teatro comenta: “Yockontur tiene como objetivo principal llegar a las escuelas básicas y comunidades de mujeres en diferentes localidades de la comuna. Esta iniciativa busca revitalizar y preservar esta importante lengua ancestral, fomentando su uso y aprendizaje entre las nuevas generaciones y en toda la comunidad. A través de Yockontur, la Corporación Cultural La Huella Teatro reafirma su compromiso con la preservación y difusión de la lengua ckunsa, invitando a toda la comunidad a unirse a este emocionante viaje de descubrimiento y aprendizaje”.
Uno de los principales contenidos que considerará Yockontur, será la impresión de mini diccionarios con fines educativos, junto a diversas piezas audiovisuales que reforzarán el aprendizaje de la lengua entre los estudiantes de enseñanza básica de las localidades de San Pedro de Atacama. Además, se entregarán ejemplares de la 2ª Edición del Diccionario Unificado de la Lengua Ckunsa, material recopilatorio que da cuenta de la riqueza lingüística del pueblo lickanantay.
“Esta valiosa investigación a cargo del Consejo Lingüístico Ckunsa Lickanantay refleja la importancia de escuchar y rescatar las voces y perspectivas de los pueblos indígenas. Serán más de mil diccionarios los que serán distribuidos en nueve establecimientos de San Pedro de Atacama y localidades cercanas, por lo que esperamos que este material educativo sea un aporte para seguir nutriendo la cultura de los descendientes atacameños”, indicó Cristóbal Marshall, Vicepresidente de Asuntos Corporativos de Escondida | BHP.
A través de instancias de mediación a cargo de la reconocida cultora y portadora de tradición oral del pueblo Atacameño Lickanantay, Ilia Reyes Aymani, e integrante del Consejo Lingüístico Ckunsa -organización patrocinadora del proyecto- los estudiantes de las nueve escuelas de San Pedro de Atacama profundizará en la enseñanza de la lengua, mediante material didáctico como, diccionarios y cápsulas audiovisuales que rescatan el paisaje, la flora y los alimentos propios del territorio.
En tanto Verónica Moreno, artista y gestora cultural de San Pedro de Atacama, realizará laboratorios creativos dirigidos a mujeres de la comuna y otras localidades como Peine, Socaire y Toconao, rescatando la ancestral técnica del bordado. Los talleres realizados en formato de Residencia Artística se convertirán en un gran bordado colectivo que cruzará las historias de las mujeres participantes, reflejando sus memorias individuales y entrelazándose con palabras en lengua ckunsa. La obra final será exhibida en julio en el Espacio Comunitario de Fundación Minera Escondida.
Es un ícono cultural que combina historia, arte y naturaleza. Sus construcciones de adobe y piedra son la puerta de entrada a las maravillas del altiplano. La iglesia de San Pedro, con retablos coloniales, y el cementerio con vistas espectaculares, reflejan la historia y diversidad cultural. El Pukará de Quitor simboliza la resistencia atacameña.
A 2,800 metros, combina historia y naturaleza con viviendas de adobe y piedra. La iglesia de San Roque, del siglo XVIII, y el cementerio con vistas al Salar de Atacama son espacios de reflexión y conexión con tradiciones funerarias. Peine también es ideal para descubrir misterios arqueológicos y paisajes naturales, destacando la agricultura en terrazas y la producción de quinua.
En el paisaje andino, presenta terrazas agrícolas que desafían la aridez del altiplano. Las construcciones de piedra volcánica y adobe reflejan la adaptación ingeniosa de sus habitantes. La iglesia de San Bartolomé, con retablos coloniales, y el cementerio con vistas panorámicas destacan la conexión con el entorno. Socaire es un punto de partida para explorar el Salar de Atacama.
Un pintoresco pueblo con construcciones de adobe y techos de paja, destaca por su iglesia del siglo XIX con arte sacro y un cementerio a 3,800 metros de altitud, adornado con flores y objetos personales. Rodeado de montañas, ofrece paisajes espectaculares y rutas de senderismo. Sus festividades, como la fiesta patronal de San Antonio, reflejan la rica tradición y fe de la comunidad.
A 4,200 metros, Talabre ofrece vistas majestuosas del volcán Lascar y otros picos andinos. Sus tradiciones agrícolas y pastoriles perduran en un entorno desafiante. La capilla local es el centro de la comunidad, y las rutas hacia los campos de lava del volcán Lascar atraen a los aventureros.
Con sus construcciones de piedra liparita, transforma un entorno árido en un oasis agrícola. La iglesia de San Lucas y el cementerio elevado son emblemáticos del pueblo. La producción de vino artesanal y la Vendimia muestran la conexión de Toconao con la tierra. El Valle de Jere resalta la riqueza agrícola en contraste con el desierto circundante.
A 3,900 metros, es un pequeño poblado donde piedra volcánica y adobe se combinan en viviendas duraderas. Rodeado de cactus y formaciones rocosas, el pueblo mantiene ritos ancestrales. Su capilla sencilla y el cementerio pequeño honran a los difuntos, y las festividades celebran la conexión con la naturaleza desértica.
Situado a 3,800 metros de altitud, Matancilla muestra la adaptabilidad humana con sus construcciones de adobe y piedra. Las técnicas ancestrales en viviendas con techos de caña y barro reflejan la capacidad de sus habitantes para prosperar. Este pueblo, centro agrícola y espiritual, conserva tradiciones vivas en su capilla y cementerio.
Un bastión agrícola en un paisaje árido, ha evolucionado a lo largo de los siglos. Las construcciones de piedra y adobe con techos de paja resisten el tiempo, y la iglesia local, uno de los templos más antiguos, refleja la arquitectura colonial del siglo XVIII. El cementerio en la colina y el río que cruza el pueblo son vitales para la comunidad y sus campos.
A 4,000 metros sobre el nivel del mar, Machuca destaca por su arquitectura de adobe y techos de paja de ichu, preservando las tradiciones ancestrales. Este enclave andino, fundamental en las rutas de pastoreo y comercio atacameñas, es famoso por su legado cultural. La iglesia de San Santiago del siglo XIX y el cementerio con vistas al altiplano narran la resistencia de la comunidad a lo largo del tiempo.